Cumpliendo sueños.

por Diego Vera

Un viaje por muchos años soñado, 10 para ser exactos, el anhelo de conocer otras culturas, lugares, comidas y gente se mantuvo intacto ¡miento! Lo siento. Cada día, cada año iba creciendo ese anhelo y el deseo fue tanto que, heme aquí, lejos de mi patria, no por algo le dicen a uno que, si uno lo quiere, lo puede lograr, mi caso no fue la excepción, no en el tiempo que lo quise es cierto (tal vez no era el momento) pero heme aquí. Hoy Humanitos, quiero que me acompañen a hacer un recorrido por lo que ha sido mi experiencia en Alemania, un país extraordinario, lleno de aprendizaje y gente amable y querida.
Todo comenzó por casualidades de la vida un día de enero (no me acuerdo cuál) mi señora Madre; a quien le debo todo y más en mi vida; entonó unas palabras que por esos años esperé: "va tocar que se vaya"; cabe resaltar que para esa época estaba ya en mis planes el viajar, para ello estaba ahorrando el dinero necesario para no sufrir lejos de casa, dinero que haciendo cuentas no alcanzaba y decidí recurrir a un préstamo que para el cual necesitaba primero vida crediticia (regla que tienen los bancos o entidades que prestan dinero para saber si uno es buena paga) y segundo codeudores (personas que llegado el caso uno no pague deben asumir la deuda) la primera en el transcurso de mis pocos trabajos la logré, pero para la segunda necesitaba una persona que confiara plenamente en mí y que si llegado al caso no pudiera pagar, lo hiciera por mí sin tantos contratiempos. Complicado ¿No? Así, Mi primera y única opción fue mi progenitora la cual se negó; sus razones tendrían; obviamente no descarté la idea del viaje, pensé que seguiría ahorrando y sé que algún día lo haría; la miré y lo único que se me ocurrió decirle fue: ‘puras mentiras, no le creo’. Entonces ella, con su mirada firme puesta en mí dijo ‘sí, es lo mejor, vaya haga experiencia’. De esa forma todo cambió. Como le dije antes, ya está a haciendo los planes necesarios para partir de Colombia y fue así como un 30 de marzo del 2019 lo hice.
A mi llegada al viejo continente, más específicamente a la república federal de Alemania me esperaban mis amigos, los cuales con una calurosa bienvenida me hicieron sentir tranquilo y en casa. Esa noche descansé con una sonrisa en la cara, el sueño se había cumplido por fin. Al día siguiente me preparaba para trasladarme a la ciudad que sería mi hogar por este tiempo, pero no sin antes darle de comer al hambriento. Stefan (alemán de pura cepa) preparo un desayuno típico de la región: salchichas, Bretzel y cerveza. Curioso, ¿no? Por la mente de nosotros, los colombianos, no cabe que desayunemos con cerveza. Para nosotros está el cafecito, el chocolate o la bebida de los dioses: la aguadepanela (para mí: aguamiel) pero esa era la idea del viaje; conocer costumbres y culturas y puedo decir que empezó muy bien. Después de estar listos nos fuimos a tomar el tren; mi primera vez en este medio de transporte; emocionado por la premisa y por lo que estaba conociendo parecía niño en juguetería viendo todo e imaginando un mundo de cosas. Partimos de Ludwigsburg hacia mi destino final: Ulm. Esta es una pequeña ciudad (es curioso porque es más grande que muchas ciudades grandes en Colombia) ubicada en la región de Baden-Württemberg al suroeste de Alemania.
Al llegar, con la "pequeña maleta" que llevaba, caminamos un poco después de bajarnos del tren para tomar el medio de transporte que me llevaría a la casa. En Ulm, como en toda Alemania, existe unos muy buenos medios de transporte: taxis, buses y trenes, en la cuidad el más común es el tren; es bueno resaltar que es un excelente servicio y está bien pensado cumpliendo con su finalidad, llevar a la gente a sus lugares fácil y rápido; Nos bajamos y a caminar se dijo, durante esas cuadras pasaron por mi cabeza tantos pensamientos que hasta una pequeña angustia entro en mi ¿Será bonita la casa? ¿Qué tal el barrio? ¿Tengo que caminar mucho? Poco a poco llegamos, la primera impresión fue suficiente, la casa era bonita me instalé y salimos a conocer Ulm. El primer lugar donde estuve fue el supermercado del barrio por decirlo así; punto para resaltar, en Alemania la gente lleva su bolsa donde guarda su mercado; luego fuimos a un parque y descansamos un poco viendo como jugaba Sami (el hijo de mi amiga), los juegos de los niños totalmente diferentes a los que había visto: grandes, en madera y casi todo el espacio rodeado por arena (puede ser para amortiguar los golpes de los niños) hasta trampolines habían; y justo en ese momento saltó mi niño interior, se posó en mi cabeza y me dijo: “vaya y salte” no lo hice por pena y porque pensé que solo era para niños, cosa que no es así, otro día vi a gente a adulta jugando y me animé. Pero eso es otra historia; salimos del parque rumbo al centro de la ciudad, calles muy bonitas y amplias y, a lo lejos una imagen increíble, era inevitable no colocar la vista en ella, su altura y majestuosidad lo atrapaban sin pensarlo, con sus 161.53 metros y sus detalles góticos del siglo XIV la hacen la catedral mas alta del mundo; a los dos días volví a la catedral y entré, solo les diré que me ericé como Amparo Grisales; la Arquitectura en parte del centro se mantiene desde hace muchos años, las casas hechas en tapia con vigas en madera se mezclan con la arquitectura moderna, proporcionando una combinación agradable a la vista (Dato curioso, acá existe el hotel con mayor inclinación, el cual ostenta el récord guiness mundial). Como lo dije anteriormente, Ulm está situada en la región de Baden-Württemberg que a su vez limita con la región de Baviera separados por el Rio Danubiuo, el cual pasa a través de 10 países (Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Rumania, Bulgaria, Moldavia y Ucrania) siendo el segundo más largo de Europa con 2850 Km y terminando su recorrido en el mar Negro. Lo más chévere de todo es que existe como una especie de ciclo ruta a la orilla del rio y parajes donde uno o bien puede ir a caminar, correr, patinar, montar cicla o sentarse a disfrutar de la tranquilidad que proporciona el agua o alimentar a los patos, aves y demás animalitos que viven ahí. Luego de que me dieran el tour por la ciudad fue tiempo de la despedida y a su vez el comienzo de esta experiencia. Al día siguiente fui a hacer mercado, iba con muchos nervios porque primero no sabía nada de alemán y segundo, mi inglés no era tan bueno, pero ante todo la verraquera que nos caracteriza haciendo honor a un dicho popular “bruto, pero decidido”. A punta de lógica hice mi primer mercado y me sentí realizado, luego con ayuda del GPS salí a caminar y por ende a conocer, cada vez más encantado con lo que veía y también con la tranquilidad con que lo podía hacer; no es un secreto que en nuestro país se debe salir con cierta precaución por aquello de los amigos de lo ajeno; caminé tanto en esa semana que sentí que había bajado de peso, punto para Alemania.
La razón de este viaje fue de estudios, más exactamente aprendizaje del idioma con el fin de ser competitivo para conseguir un futuro trabajo y realizar alguna maestría. El curso comenzaba el 8 de abril; tal vez fue por ansiedad que caminé tanto esa semana; me alisté y salí con el suficiente tiempo de la casa para no llegar tarde a mi primer día de clase. Durante el trayecto al curso nuevamente mi cabeza comenzó a trabajar ¿Será difícil? ¿Cuántos compañeros tendré? ¿Cómo me presento? ¿Se burlarán de mí? Infinidad de preguntas imaginé y ahí se quedaron, en la imaginación. ¿Recuerdan que dije al principio gente amable y querida? Pues bueno, fue así. Anticipando lo que podía suceder redacté una pequeña presentación en alemán, la cual dije con muchos nervios y hasta rojo me puse, al final de todo me pudieron entender y los nervios terminaron. En el curso he conocido gente de muchas partes: Rumania, Túnez, India, Irán, Croacia, Italia, Congo, Turquía entre otros y es gente, que como yo, busca nuevas oportunidades que le permitan acceder a beneficios que tal vez en sus países de origen no obtienen. Con el pasar del tiempo se forjó una amistad grupal que nos permitía compartir conocimientos, experiencias y cultura; ¿sabían de la existencia del Ramadán? Yo no, y para mí es algo increíble, imagínense no comer desde el amanecer hasta la puesta de sol así todos los días durante un mes, increíble ¿no? Pues esta costumbre es de la religión del islam y lo hacen por su fe y sus creencias, en términos colombiano el ayuno que hacemos (aunque allá solo se limita a no comer carnes rojas) el viernes santo y los viernes de cuaresma. Si les preguntara ¿En qué país comen picante? Sin pensarlo dirían México, pues India es el México de este lado del charco, nuestro compañero nos quiso compartir de sus “dulces” ¿y adivinen qué? Sí señores, de dulce no tenían nada, ¡por Dios! Solo fui capaz de comer un bocadito; además que me ha permitido perder el miedo de equivocarme al hablar ya sea en lo poco de alemán o en lo no tan poco de inglés
Han pasado 2 meses desde mi llegada y lo que he vivido no lo cambiaria por nada, cada día reafirmo que la decisión que tomé fue la mejor, ha sido difícil, no lo negaré, pero el pensar que en un futuro podré regresar a mi país con ideas y opciones diferentes para ejecutar hacen valer cada minuto que estoy lejos de casa. Aún me quedan muchas cosas por vivir, conocer y experimentar, pero como la vida me enseñó, todo a su debido tiempo.
Casi lo olvido, Ulm es la ciudad natal del mejor físico que ha tenido el mundo, alguien llamado Albert Einsten.

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