Así es mi hermoso Pueblo

por Yuri Ojeda y Mayerly Díaz

Saliendo de Cúcuta Norte de Santander, yendo hacia el sur occidente, de camino por la vía que conduce a Toledo, después de pasar por el puente sobre la quebrada La honda, se empieza a sentir cómo baja la temperatura y se deja a un lado el sofocante calor de la capital, se observan hermosos paisajes de peñascos, flores, ríos, quebradas y animales que inspiran y dan tranquilidad, así es la diversidad de Chinácota “La casita bonita del Norte de Santander”.

Mi tierra chitarera tiene 25 veredas y 32 barrios poblados de gente buena, amable, cordial y muy emprendedora. Desde que pisa el corregimiento de La Donjuana el visitante suspira al notar la paz, en los álamos admira un paisaje sin igual y en Guayabal se encuentra un tesoro escondido El Piñal.

Luego pasa por Cuellar y Lobatica, el caney y curazao aquí se encuentra la laguna que es frecuentado por aves zancudas para anidar, un espectáculo natural.Todas estas veredas te reciben con un clima templado. A medida que se va avanzando se encuentran estaderos que ofrecen sabores típicos no solamente del municipio sino también del departamento, también observará y tal vez podrá deleitar productos derivados de la leche de cabra, jaleas, fresas con crema y cacaítos chitareros, que pequeños comerciantes ofrecen a propios y visitantes a la entrada de la cabecera municipal.

A diez minutos llegará al sector urbano donde se encuentran sitios turísticos como lo son el parque Ramón González Valencia, el parque infantil y el que se encuentra en el pueblito Santa María, un sitio muy turístico del municipio, en cada uno podrá realizar diferentes actividades, al recorrer sus calles podrá encontrar murales hechos por artistas de diferentes países, que plasmaron sus obras en las paredes de varios sectores, también hay lugares donde puede observar gran parte del municipio como el mirador de la virgen, al oriente del casco urbano, donde hay una estatua en honor a la leyenda del imponente cerro de la vieja. Por esta carretera que nos lleva al mirador encontramos veredas como Manzanares, el Asilo y San Pedro que se observan entre colinas, además se encuentra un lugar muy visitado por extranjeros llamado Bethel, es un sitio de terapia, relajación y venta de productos vegetales.

Por el camino a Nuevo Diamante se encuentra La colorada donde se ve una loma y una hondonada con un verde cafetal, cultivo ancestral de Urengue Blonay y Urengue Rujas (veredas municipales), allí al mirar al suroccidente se verá la vereda Sitigüi y al bajar se sentirá el olor a guarapito, que se toma en las veredas de Paramito y Pantanos.

Siguiendo el recorrido encontrará tres hermanas veredas Iscala Norte, Centro y Sur, donde le impresionarán hermosos paisajes de cultivos como mora, granadilla, cebolla y mucho más. Para ir a estas veredas se debe ir muy abrigados ya que el frío es característico de allí, y más si se quiere llegar a la hermosa capilla de Iscalá o al paramo de Mejue, lugar declarado parque Natural Nacional por su flora y fauna entre la que se destaca el oso de anteojos. En esta zona es común encontrar estaderos, restaurantes, parques temáticos, haciendas turísticas como aquella en la que vivió el expresidente de la república de Colombia Ramón González Valencia, a quien se debe el nombre del parque principal.

Los campesinos destinan sus tierras en primer lugar la siembra de pastos para el sector pecuario, en segundo lugar al café y en tercer lugar al chocheco Los nombres de las veredas algunos provienen de los indígenas que habitaron ahí otros por la vegetación o también por personas importantes.

A donde vaya ya sea a los barrios o veredas encontrará algo que le atrae, por esto muchos autores han creado canciones, poemas, narraciones, alusivas a este hermoso municipio, como es el caso del maestro Jorge Villamil con su pasillo Alma Chitarera.

Así es Chinácota, un lugar mágico por sus leyendas e inolvidable por sus gentes y paisajes, un espectáculo en el que las personas se olvidan de todo aquello que les aqueja y pueden sentirse relajadas, porque así es La casita Bonita de Norte de Santander, un paraíso para descansar y disfrutar.

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