Hace tres años (casi cuatro) tuve la oportunidad de viajar a la Plata (Huila). No fue específicamente un viaje sino una visita a mi familia materna. Cuando tenía 4 años fuí a este lugar, pero en ese momento no era capaz de admirar la naturaleza, cultura y costumbre hasta cierto punto.
Considero que como colombianos, pensamos que no hay grandes y bonitas cosas que ver y conocer a fondo en nuestro país. Todos sueñan, mejor dicho, soñamos con viajar más allá de lo desconocido, esto sin conocer nuestras raíces.
Continúo con la historia; mi papi, mi mami y yo viajamos en flota, tardamos 6 horas en llegar a Neiva (Huila), bajamos de ésta y (fuera del terminal) nos llevaron, junto a los otros pasajeros a conocer más el pueblo. Neiva es una ciudad muy cultural y acogedora, su gente es una maravilla, son muy carismáticos. Recorrimos el pueblo y pasamos por un parque hermoso, agradable y muy tranquilo. Entramos a una tienda donde vendían cosas muy tradicionales del Huila, como las achiras que son deliciosas. Realizamos unas compras y comimos tamal de almuerzo.
A las 4 de la tarde regresamos al terminal para continuar nuestro recorrido hacia La Plata (Huila) mi mami calculó 2 horas de recorrido, su cálculo fue muy bueno, porque justo eso tardó nuestro recorrido. Al llegar a La Plata la flota nos dejó en el terminal del pueblo y tomamos un taxi hacia la casa de mi tía Edilma a quien quiero muchísimo. Organizamos todo, conversamos, bailamos, estaba muy feliz de estar allí, no la veía hace muchos años.
Nos acostamos a dormir muy tarde, de la alegría se nos paso el tiempo volando. Al día siguiente tomamos otro taxi hacia el parque del pueblo ya que, debíamos subir a la finca de mi abuelito, en otro carro. Tardamos entre 30 y 40 minutos en llegar allí. Cuando mi abuelito y mi abuelita nos vieron, estaban sorprendidos, pues, no sabía nada acerca de nuestra visita. Nos dieron una cálida bienvenida, me sentía muy feliz. Me sentía en casa, como debía ser.
La finca estaba ubicada muy lejos del pueblo en “una loma”, desde allí podía ver todo. Sí! Todo, tanto así, que logre contemplar de una manera magnífica la naturaleza, lo amé!. Me desconecte de todo, olvidé todo, solo estábamos, la naturaleza y yo.
Hice una reflexión acerca del daño que causamos los humanos en la tierra y que no merecemos tenerla. Es tan bella, magnífica, maravillosa, no hay palabras suficientes para describirla.
Al día siguiente fuimos al pueblo, mercamos, todos, en familia, como debe ser siempre.
Mi visita tuvo duración de tan sólo 3 días, pero suficiente para reflexionar y compartir con mi familia.
Desde entonces soy mejor, intento ser mejor, no solo conmigo misma, con los demás, con el agua, los árboles, todo lo que me rodea. Aprendí a valorar muchísimo más las cosas que me rodean. A pesar de las injusticias y el descuido por algunas regiones, MI PAíS ME HACE FELIZ.